Disponer de una buena capacidad auditiva durante muchos años no es complicado si se siguen una serie de recomendaciones.
Cuidar de nuestra alimentación es clave en el devenir de nuestra capacidad auditiva. Alimentos con un alto contenido en azúcares y el abuso de cerveza y de otras bebidas alcohólicas se han asociado durante mucho tiempo con la pérdida auditiva.
Mantener una dieta sana es imprescindible para evitar enfermedades que compliquen nuestra salud, aceleren el envejecimiento y nos minen nuestra capacidad auditiva.
La falta de nutrientes en el organismo o un metabolismo incorrecto están muy relacionadas en los casos de desarrollo de pérdidas auditivas, según un estudio de la Univ. San Pablo (CEU) en Madrid.
En este estudio se trata también las interaccionesde ácido fólico y vitamina B12 como esenciales para la prevención de la pérdida de audición.
Factores de riesgo
Ahuyentarse del ruido es una de ellas ya que, como hemos comentado en otras ocasiones, los ruidos fuertes a los que se exponen de forma prolongada (trabajo en una obra) o de forma puntual (petardos) pueden incluso provocar pérdida de audición instantánea y temporal o definitiva.
El tabaco también es un enemigo de la salud auditiva, según demuestran diversos estudios. El más significativo ha demostrado que el 70% de las personas que fuman de manera habitual tienen pérdida auditiva. También los fumadores pasivos se encuentran en riesgo.
La hipertensión, la obesidad o la diabetes son otros de los factores de riesgo que colaboran con la pérdida auditiva. Y es que unos hábitos sedentarios y la ausencia de actividad física son un cóctel peligroso en el desarrollo de enfermedades como las expuestas anteriormente y que, por supuesto, afectan también a nuestra salud auditiva.
El consumo de medicamentos ototóxicos también afectan a la audición. El abuso del ibuprofeno, de los diuréticos o de la aspirina son algunos de ellos.