Hay personas que tienen pequeñas molestias que les producen los ruidos a su alrededor cuando se ponen audífonos, especialmente en las primeras veces. Puerde ocurrir desde el sonido ambiente continuado como el tráfico ruidoso que está en en la calle. Siendo más sensibles, también son los sonidos que suceden de forma repentina como el contacto de los platos en el fregadero o en el lavavajillas.
También algunos usuarios de audífonos sienten incomodidad o molestia con ruidos más suaves como puede ser el del aire acondicionado o incluso algunas pisadas con zapatos sobre suelo duro o zapatos de tacón. ¿Qué inconvenientes trae la molestia que sufren los usuarios? no sólo la sensación de incomodidad sino que también se produce un peor entendimiento del habla.
Como hemos comentado en más de una ocasión en el blog, nuestro cerebro tiene maneras de identificar los ruidos innecesarios y obviarlos pero este funcionamiento puede no ser correcto al tener una pérdida auditiva por dos razones principalmente:
- No nos acostumbramos: el cerebro aprende rápido pero también tiene la misma facilidad para desaprender. Cuando una persona padece una pérdida de audición sostenida en el tiempo, deja de percibir todo tipo de sonidos, desde el habla hasta los ruidos. Al ponerse unos audífonos, el cerebro tiene que volver a aprender qué sonidos son los importantes y cuáles debe obviar.
- Disconfort: tenemos un límite respecto al volumen máximo que pueden oír sin que les resulte molesto. En ciertos tipos de pérdida auditiva, este límite puede verse reducido llegando incluso a generar una hipersensibilidad auditiva.