Alternar los audífonos en cada oído puede provocar una mala recepción de los sonidos . Cada oído puede tener unas necesidades específicas. En otras palabras, es posible que el oído izquierdo tenga una pérdida leve y apenas necesite reducir los sonidos externos, como el viento, dentro de sus ajustes.
Por otro lado puede que el derecho tenga una pérdida más profunda y además se requiera configurar con un programa determinado para escuchar mejor los sonidos agudos. Por tanto, confundirse entre un audífono y otro puede suponer una calidad acústica muy mala.
Esto no es todo, ya que confundir o alternar de forma consciente los audífonos de oído también puede agravar el problema auditivo , ya que una mala configuración se puede traducir en una intensificación del déficit de audición. Si somos conscientes de ello, tenemos que saber que es un riesgo que no merece la pena correr, sobre todo si se debe a un despiste y cuya solución en realidad es bastante sencilla.
Se puede poner un ejemplo que ayude mucho más a entender cuál es el problema, como es el uso de lentillas. Si tienes un problema de visión e intercambias una lentilla con otra, es evidente que no podrás ver bien lo que hay a tu alrededor porque cada ojo tiene unas dioptrías, una circunferencia y otros baremos diferentes.
Ocurre exactamente lo mismo con los audífonos , salvando la diferencia entre ver y oír bien. Por tanto, una confusión entre el audífono izquierdo y el derecho puede suponer un problema de audición.
Confundir e intercambiar estos dispositivos es una situación que se puede dar a menudo. La causa es que los audífonos derecho e izquierdo son dispositivos muy similares . La gente de mayor edad es más propensa a confundirlos, salvo que se fije en los detalles. En cualquier caso, hay que aprender a diferenciarlos y a usar cada audífono en el oído correspondiente.